miércoles, 8 de diciembre de 2010

El mundo imaginario existe. Allá los sueños no duermen, al revés se despiertan, como hermanos los unos a los otros. El amor los desencadena. Los sueños son el eslabón perdido. En mi mundo imaginario no hay buenos ni malos porque todos somos uno. El amor se respira en el aire, el miedo es un viejo recuerdo. Los niños juegan, mientras enseñan a los adultos a ser niños otra vez. La gente mira al cielo frecuentemente, los pensamientos no tienen techo. Nos amamos los unos a los otros, el sexo es sagrado, la inocencia está libre de pecados y la alegría nos llena de sonrisas. Todo mundo tiene buena cara. Conviven en armonía Adán, Eva, la Serpiente y el Árbol de manzanas. Mentir no es necesario, la verdad está en el aire, flota como las nubes. El mundo imaginario es el sueño cósmico donde cabemos todas las tribus, los Mayas, los alquimistas, los devotos, los gays, los amigos, los otros amigos, los abrazos, los besos, las caricias, las manos, las muñecas, los artistas, las musas, los cuentos de hadas, las historias sin fin… y el final feliz.


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